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Gestión de Emociones Negativas en Tiempos de Crisis, PARTE II – LA ANSIEDAD –

Lo más normal del mundo es que nos sintamos nerviosos en aquellas situaciones percibidas como amenazantes o críticas. Lo que se desencadena es un estado de alerta total y se nos activa una reacción de defensa ante el peligro o amenaza inminente. El problema central es que la dosis de ansiedad que se nos viene encima sea enorme y excesiva, tomando el control mental y físico de manera prolongada, creándose pensamientos negativos y, por ende, comportamientos que atacan nuestro estado de salud integral. ¿Cuál es la mejor manera de gestionar la ansiedad?

Este proceso pone de relieve nuestro aprendizaje de las experiencias vividas desde la infancia, a lo largo de nuestra vida. Estas experiencias han dejado una huella emocional, y han creado el hábito arraigado e inconsciente de querer huir, bloquear o evitar confrontar la sensación de incertidumbre e inseguridad. Esto es un proceso diferente entre persona y persona, Incluso se podría llegar a negar los síntomas de ansiedad que se muestran, ya que son inconscientes.

Nuestras respuestas ante esta amenaza se pueden clasificar en dos categorías distintas:

1.- Reacciones disfuncionales: Nos referimos a acciones cómo el pánico, la exageración, sea consciente o inconsciente, sobre la magnitud de la amenaza, el total negativismo, el mal humor, la reacción emocional exagerada, la hipersensibilidad y las representaciones dramáticas obvias. Detrás de este tipo de comportamiento, se genera la ilusión de ser invencibles e invulnerables, causando un proceso de cinismo, que afecta la calidad de nuestras relaciones afectivas y laborales. Otros comportamientos que podemos observar son aquellas personas que se retraen, se mantienen irritables y atacan y perturban a las demás, creando un ambiente laboral o familiar altamente tensionado y desagradable. Otras personas optan por aislarse, y hasta se paralizan ante los sucesos, descuidando su salud.

Todos y todas estamos equipados para lidiar y gestionar esta emoción negativa, pero cuando su pésima gestión y expresión se sale de control, y se hace de forma continua o periódica, es momento de buscarle ayuda profesional, sea un psicólogo, un terapeuta o un coach.

2.- Reacciones funcionales: La mejor forma de gestionar la ansiedad es aceptar el estado emocional que estamos viviendo, por que tiene su propósito y su sentido, vivir en presente. Lograr asumirlo como un aviso, en lugar de rechazarlo, tiene un efecto muy liberador.

Aceptar y gestionar asertivamente significa ser capaces de crear o visualizar escenarios posibles y sus soluciones, lo cual genera autoconfianza. Muy pocas veces son asuntos de vida o muerte, y entender y comprender esto es vital para lograr la correcta gestión emocional. Es muy importante actuar con paciencia y mucha disciplina para enfrentar mejor la amenaza, como es el caso de la pandemia que estamos viviendo actualmente, con sus consecuencias de encierro, pérdida de oportunidades, movilidad, dinero, etc.

Según los científicos, una pandemia como la actual, incrementa nuestras reacciones emocionales, insinuando que quién es un poco temeroso va a ser un poco más temeroso, quien es un poco más negativo va a ser mucho más negativo y dramático, quien es un poco arriesgado, se va a arriesgar más, para jugar a ganar. Vemos con asombro que quienes han violado la cuarentena son a los les cuesta aceptar las normas, pudiendo ser por miedo, temor o rebeldía. Así que lo mejor, es que aumentemos notoriamente nuestras reacciones funcionales y de manera solidaria, nos pongamos a darle la mano a otros, a esos que nos necesitan, sea con tiempo, alimentos, dinero o trabajo. Eso te dará la sensación de plenitud, antídoto de la ansiedad y de cualquier emoción negativa.

Hay oportunidades en las que está bien sentirse mal o incómodos, y eso no es lo mismo que sufrir innecesariamente, lo cual es opcional, y este sufrimiento no es más que la racionalización de cómo la actual situación nos hace sentir. Una respuesta positiva ante la ansiedad nos posibilita a la movilización de todos nuestros recursos como el tiempo, el esfuerzo y nuestras relaciones valiosas y de apoyo, que nos redirigen hacia la dirección correcta. Gestionar asertivamente significa desarrollar una actitud adaptativa ante lo que sucede, llevándonos a tomar distancia y reaccionar adecuadamente en el momento preciso, evitando, mayores complicaciones innecesarias.

Luis “chino” Enríquez Villacorta
13 de AGOSTO de 2020
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