Scroll Top

GESTIÓN ESTRATÉGICA POST-PANDEMIA

El COVID-19 está generando una crisis global que afecta las economías nacionales y el bienestar de nuestros pueblos en todas las dimensiones de la vida. Las estimaciones preliminares señalan que los efectos económicos y sociales serán más graves que los que enfrentamos a partir de la crisis global de 2008-2009. Las economías latinoamericanas, que en 2019 tuvieron un bajo crecimiento, en 2020 decrecen de manera importante; crecerá el desempleo y la pobreza y la inseguridad alimentaria se convertirá en una seria amenaza para la sobrevivencia de muchas familias.

Ese es el escenario al que ya nos estamos enfrentando. Además, debemos asumir que el COVID-19 vino para quedarse y nuestros frágiles sistemas de salud no tenían y no logran desarrollar la capacidad instalada y las condiciones para soportar sus efectos y responder a una enfermedad con altos niveles de transmisión y contra la cual aún no hay vacuna o medicamentos que la curen.

Habiendo asumido que la crisis ya está instalada y que sus consecuencias serán muy graves, desde AFÁN nos preguntamos: ¿la pandemia y la crisis afecta a las personas por igual? ¿qué nivel de incidencia tiene en esta crisis el enfoque y calidad de las políticas públicas y el rol de las administraciones públicas?

Esta y todas las pandemias que nuestras sociedades han enfrentado nos dejan claro que, si bien todos nos podemos enfermar o podemos perder nuestros ingresos producto del desempleo, la posibilidad de que eso ocurra y de que nos repongamos de ello, guarda una estrecha relación con los niveles de vulnerabilidad y riesgo socio económico que tenemos las personas, las familias y los países.

Dicho más claro y a manera de ejemplo, si eres pobre, mujer, indígena, adulto mayor, vives en la informalidad, no tienes acceso a la seguridad social y tienes bajos niveles educativos es muy probable (por no decir ineludible) que la crisis te golpeará más.

Por otra parte, si el abordaje de la crisis y sus efectos desde los gobiernos y los Estados es equivocado, improvisado, incoherente, inefectivo, electorero y sin sustento técnico-científico, pues entonces, los impactos serán mayores y nos costará más salir del atolladero.

Dicho esto ¿cuáles son los caminos que deberíamos emprender para enfrentar la crisis con más inteligencia y sentido humano? Lo primero es justamente eso, no olvidar que los Estados y los gobiernos son responsables de asegurar los derechos de la población y generar condiciones para que las personas tengan un nivel de vida adecuado. Conseguir este fin, requiere enfoques e instrumentos de política pública con sentido de PROTECCIÓN SOCIAL que, como propone la CEPAL generen posibilidades de bienestar básico para la población, aseguren la vida de las personas ante riesgos derivados del contexto o del ciclo de vida y que reparen los daños derivados de problemas estructurales como la pobreza y la desigualdad.

¿Es posible hacer eso? ¿es realista en nuestras condiciones? Desde la experiencia de AFAN y teniendo en cuenta las discusiones y decisiones que ya se están tomando en el mundo y en Latinoamérica, creemos que si es posible y no dudamos en afirmar que es necesario.

La protección social, entendida correctamente y aplicada por los Estados como enfoque para diseñar y ejecutar políticas públicas anti-crisis, permitirá racionalizar el uso de los escasos recursos que tenemos, combinando medidas universales con otras focalizadas, que restituyan derechos y vulneraciones que la crisis provocada por el COVID exacerbó e incrementó, pero que ya estaban con nosotros desde hace mucho tiempo.

Programas y acciones públicas orientadas a la promoción activa del empleo y la generación de capacidades y competencias para la inserción o reinserción laboral, evitar la deserción escolar, abordar la inseguridad alimentaria, la violencia contra las niñas y las mujeres y atender la salud de personas con mayor riesgo (adultos mayores, personas con enfermedades crónicas previas, embarazadas, niños menores de 1 año, etc.) son algunos de los focos más importantes que, desde la perspectiva de la protección social, nos permitirán apañar la grave crisis que ya tenemos encima.

La crisis también es una oportunidad para romper con viejos paradigmas, encontrar nuevas formas de resolver los viejos problemas y para impulsarnos como personas, familias, comunidades, empresas y países hacia modelos de desarrollo más incluyentes y más justos. La protección social es un paradigma que tiene ahora mucha más vigencia que antes y que ofrece herramientas y enfoques concretos, validados y efectivos para lograrlo.

Carlos M. Saenz
18 de junio de 2020
COMPETENCIAS
Desarrollo de las competencias necesarias para dar el salto que buscas en tu vida, tanto profesional como personal.
Inteligencia Emocional
El desarrollarla te hace un ser adaptable, te permite gestionar decisiones asertivas para implementar cambios necesarios en tu vida.
COACHING Y MENTORING
Es muy necesario el poder contar con un guía, que te ayude a encontrar y tomar decisiones por TI MISMO.
PERSONALIZACIÓN
Seas TÚ o tu EMPRESA, personalizamos nuestros programas a tus NECESIDADES para que el impacto sea el buscado.

    Dejar un comentario

    Debes iniciar sesión para publicar un comentario.