“…tenemos que prepararnos, no tanto para nuestra propia muerte,

sino para la muerte de los otros, de los más cercanos…de los que queremos….”

Su muerte inesperada fue la primera noticia de esta mañana…la noticia me sorprendió y de inmediato sentí un dolor y una tristeza muy profunda, de esas que se van metiendo hondamente y poco a poco en todas las partes del cuerpo….

Víctor fue un gran compañero y amigo…lo conocí hace unos 12 años cuando él estaba en el gobierno de Mauricio Funes y trabajaba en la Secretaría de Asuntos Estratégicos con Hato Hasbum y Tono Morales y yo ya trabajaba desde Afán…estábamos facilitando una consulta para construir la propuesta del gobierno ante la Ley de Transparencia que se estaba promoviendo por primera vez en el país.

Después nos encontramos en la Secretaría Técnica y de Planificación donde trabajamos juntos los cinco años de gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén…yo fui Subsecretario y él era parte clave del equipo de dirección….

Desde el primer momento me llamó la atención su conocimiento sobre la administración y la gestión pública, especialmente sobre los procesos de gestión y la construcción de la calidad….Dudo que haya en el país alguien que sepa más que Víctor sobre procesos….poco a poco fui descubriendo que era un apasionado del servicio público y un convencido que se podía transformar el Estado salvadoreño por uno que de verdad se pusiera de cara a la gente y al desarrollo del país…

Fueron cinco años de una experiencia compartida de trabajo en equipo, de construcción de pensamiento, análisis del Estado, especialmente del órgano ejecutivo, de propuestas de reforma y de impulsar los pequeños cambios que estaban en nuestras manos y nos daban un poco el sabor de los frutos de lo hecho….nunca se desanimaba cuando las respuestas de la presidencia a nuestras propuestas eran no solo tímidas, sino superficiales y mediocres….y siempre era muy riguroso con el trabajo….

Así cotidianamente al calor del trabajo y del servicio público, fuimos construyendo una relación muy cercana…de mucha confianza mutua…

Yo aprendí muchísimo de Víctor sobre gestión y administración pública como palanca de transformación de la vida de la gente y del país….

También compartimos un espacio internacional en el CLAD.  Yo era el representante del Gobierno en el Consejo Directivo y Víctor siempre me acompaño a las reuniones como consejero y asesor…me daba una gran confianza y seguridad.  Participamos juntos en cuatro o cinco sesiones del consejo directivo y cinco congresos y fui dos veces invitado por él a paneles que él había organizado o de los que era parte y me gustaba verlo exponer y discutir con vigor y convicción….

En ese marco viajamos juntos a Lima, Quito, República Dominicana, Ciudad de México y Madrid…y también disfrutábamos de algunos paseos, largas platicadas tomando cerveza o durante las comidas y del intercambio con muchos servidores públicos de diferentes países…

Fue precisamente en los viajes donde conocí otra faceta de Víctor que luego también compartimos, el enorme amor por su mujer y por sus hijos.  Siempre, lo primero que hacía al llegar a una ciudad era correr a buscar juguetes para Karlita y para Víctor, me acordaba mucho que yo hacía lo mismo cuando mis hijas estaban pequeñas…la primera vez que lo acompañé descubrí su gran sensibilidad y ternura…era feliz buscando el juguete más adecuado…así comenzamos a ser no solo compañeros sino verdaderos amigos…

Su otra pasión era el futbol.  Había sido futbolista y le brillaban los ojos cuando me contaba cómo jugaba Víctor su hijo y cómo siempre lo acompañaba a sus entrenamientos y partidos…cuando hablábamos de futbol se exaltaba y era tan necio como cuando hablaba de política….

Después pudimos compartir ya en parejas, él y Karla su mujer y María Elena y yo….fueron pocos encuentros pero siempre llenos de sentido y de cariño.

En los últimos tres años también compartimos una materia (Planificación Estratégica y Sistemas de Gestión Pública) en la Maestría de Administración Pública de la UES y gozábamos preparando cada clase, discutiendo con los estudiantes, corrigiendo los exámenes -él era mucho mejor que yo para eso-.  Siempre me decía que era un privilegio que pocos teníamos el poder enseñar lo que habíamos vivido y aprendido en la administración pública.  Él repetía que la mejor experiencia de su vida profesional en materia de trabajo la había vivido en esos cinco años en la Secretaría, cinco años llenos de ilusión, entusiasmo, sentido constructivo y trabajo de cuerpo….

Por eso después, con la llegada de NB al gobierno y su demolición de la institucionalidad democrática Víctor vivió, como muchos de nosotros, una profunda desilusión al ver como lo construido con tanto esfuerzo, amor, entrega y compromiso se desplomaba en cuestión de meses…pero estaba convencido que esta etapa no puede durar mucho y que pronto vendrá un nuevo momento para retomar el sendero de la democracia y la justicia….

Con la muerte de Víctor se va un gran compañero y amigo…con la tristeza y el dolor por su partida me queda sobre todo el profundo agradecimiento por el privilegio de todo lo recorrido, de todo lo vivido con él, de todo lo compartido y aprendido juntos….

¡¡¡¡Hasta siempre mi querido Víctor!!!!

Alberto Enríquez Villacorta